Cuba a favor de la paz mundial

Monday, July 31, 2006

LA PAZ DEL HOMBRE ES LA CONQUISTA DE SU LIBERTAD
“No escuches el tambor lejano”, dice Verlaine . Elude la tentación de la guerra. Y el que así nos habla es el egoísmo del que no quiere oír, ni quiere enterarse de lo que pasa. Si lo que pasa, como ahora está pasando en Oriente Próximo y en el mundo, es duro, triste, amargo de saber. Es el miedo del que no quiere que turbe su paz el sonido guerrero del tambor distante. El miedo de aquel para quien la paz no es una lucha. Verlaine nos habló también de una paz sin victoria, que puede llegar a ser lo mismo que una victoria sin paz. Cada vez se hace más necesaria una voluntad de paz, de justicia (dos cosas, en el fondo, casi idénticas). Hay que escuchar el tambor en la lejanía; pero oponer, a su belicoso mensaje, una respuesta firme, voluntariamente afirmativa de paz. No hay guerra justa, ni justicia guerrera. Hay paz fuerte que no es la agitación belicosa, sino la acción viva, honda, penetrante de la voluntad y del pensamiento del hombre. Y esta acción constante, en cierto modo revolucionaria, de la paz, es un esfuerzo activo. Esas guerras desesperadas que fundamentan sus empeños en necesidades nacionales, son, en definitiva, la máscara de una impotencia nacional. Sólo una ideología fatalista y reaccionaria puede lanzar a los pueblos al suicidio en pos de lo que ha solido llamarse: el cumplimiento de su destino histórico. ¡Cómo si el cumplimiento de un destino histórico nacional pudiera ser otra cosa que la muerte! Un pueblo como un hombre –un pueblo de hombres-, cumple su destino histórico cuando se muere. La vida de los pueblos, de los hombres, es luchar contra su propio y fatal destino: contra su destino mortal. Y esta lucha viva, es la paz; la paz y no la guerra; la paz en un grito, como el de Dante: “¡Yo voy gritando, paz, paz, paz!”La paz del pueblo, como la paz del hombre es la conquista de su libertad. Cuando a un hombre o a un pueblo se le arranca su libertad, se le entrega al común destino histórico de la muerte. La guerra es el gran suicidero nacional de los pueblos esclavizados mentirosamente a un destino histórico que se dice glorioso, y es sencillamente guerrero, negativo de la vida, de la libertad, de la paz. El error de la guerra es tan profundamente humano como cualquier otra pasión del hombre. En estos primeros años del siglo XXI, debemos escuchar el tambor en la lejanía: atentamente. La paz se diferencia de la guerra, en que luchar por ella no da héroes, sino mártires; en que sus víctimas, la sangre inocente de sus víctimas, no es un testimonio mentiroso de vanogloria, sino verdadero de justicia.

Friday, July 28, 2006




Posición de Cuba sobre la "Declaración sobre medidas para eliminar el terrorismo internacional"


Condena enérgicamente la práctica del Terrorismo de Estado " Solo a la ONU corresponde conducir y articular una campaña internacional contra el terrorismo" Reitera una vez más que su posición es contraria al terrorismo y a la guerra." Rechaza la práctica unilateral de algunos Estados de arrogarse el derecho a emitir "certificaciones" y "listas" de países que supuestamente auspician el terrorismo internacional." Rechaza la manipulación por algunos Estados de la teoría del derecho inmanente a la legítima defensa para justificar la comisión de actos de terrorismo invocando el supuesto derecho a la llamada "defensa preventiva"." La absurda inclusión de Cuba en la lista de Estados que supuestamente auspician el terrorismo internacional responde a cuestiones de política interna de los Estados Unidos, vinculadas a mezquinas motivaciones electorales en el Estado de la Florida." El Gobierno de los Estados Unidos por más de cuarenta años ha mantenido una política de apoyo, sostén y tolerancia al terrorismo que se comete contra Cuba desde su territorio." La acción del Gobierno de Estados Unidos en su enfrentamiento al terrorismo internacional se basa en una política de doble moral." La injusta condena por una Corte Federal venal de Miami de 5 jóvenes cubanos es el colmo del cinismo y la doble moral del gobierno de EE.UU.

Thursday, July 27, 2006

Política de Bush contra Cuba:Bestial declaración de guerra
Es una bestial declaración de guerra contra Cuba. Cuatrocientas cincuenta páginas del Informe conque la vendepatria Comisión de Ayuda a una Cuba Libre pretende estrangular a 11 millones de cubanos.Contundente prueba de su compromiso con la mafia terrorista de Miami. Salvajes medidas para desarticular a una nación agobiada, jamás doblegada, por 45 años de embargo y criminales ataques de Washington.Entre otras cosas el informe limita el envío de remesas, las visitas de familiares y la suma de dinero que se les permitirá gastar en la isla a los que viajen; ordena operaciones encubiertas contra los que lleven dinero a sus familiares y ofrece recompensas a quienes los delaten; le prohíbe la entrada a los Estados Unidos a diplomáticos cubanos y restringe las visas de académicos e instituciones; amenaza desestabilizar el comercio y turismo de terceros países y promueve campaña contra la revolución cubana en terceros países; aporta fondos a la desprestigiada radio y televisión Martí; financia becas y programas subversivos y crea el puesto de Coordinador para la Transición en Cuba a nivel del Departamento de Estado. Refleja el peligroso estado mental de la Casa Blanca.Es transparente que el sueño de ilusos que alberga George W. Bush pretende duplicar en Cuba las condiciones genocidas que le condujeron al desastre en Irak. Es obvio también que las medidas representan mayores dificultades para los cubanos y para sus familiares en el exterior. Es imperativo que la América Latina responda y condene esta nueva y criminal vuelta de las canalladas políticas de Bush hacia Cuba.Independiente de la simpatía o antipatía que se sienta por el presidente Fidel Castro, la embestida de la Casa Blanca amenaza la estabilidad del Hemisferio precisamente de la misma manera que la invasión americana de Irak desestabiliza el Medio Oriente. En estas circunstancias, los gobernantes, obreros, empresarios, estudiantes, religiosos, intelectuales, en fin los millones de hombres y mujeres de habla hispana de este continente tienen la obligación moral y cívica de repudiar y condenar a la Casa Blanca por atentar el estrangulamiento de una nación hermana, soberana y pacífica.Las prepotentes medidas de Bush han sido tan draconianas que, independiente de su desacuerdo con el gobierno castrista, la gran mayoría de los cubanoamericanos conscientes que residen en Miami y así como la mayoría de los disidentes en la isla rechazan la injerencia de Washington. Para la América Latina tampoco hay alternativa: o se opone al infame tratamiento de Cuba o sufrirá la misma suerte en el futuro. El que calla otroga y para Washington ello representa sumisión.Cuba, mientras tanto, ha reaccionando a la agresión como era de esperarse. Defenderá su territorio “hasta la última gota de sangre.” Cualquier otra respuesta es inconcebible. Una y otra vez el pueblo cubano le ha dado al mundo un magnífico ejemplo de nobleza, de valentía y de integridad al defender su soberanía ante los ataques de la mayor potencia mundial.Es incuestionable que esta firmeza de Cuba en proteger su inalienable derecho a la auto determinación ha beneficiado con creces al resto de la América Latina. Al contrario de lo ocurrido con frecuencia en los últimos 150 años, los invasores americanos ya no incursionan en el Hemisferio como solían. La determinación de Cuba en defender su revolución les hace pensar dos veces a los gringos que la intervención ya no es tan fácil como ayer. La lección práctica de Cuba le demuestra ampliamente a Washington que la América Latina no es más su patio trasero.Sin embargo, la crisis generada por Washington es real. No basta descansar en los laureles de esta nueva independencia. Es preciso manifestarlo. A grito partido. Bush no es estúpido. Es canalla. Es prepotente. Es irresponsable. También es cobarde. De ahí que sea capaz de aprovecharse de cualquier aparente flaqueza para comprometer su ejército en otra guerra criminal a fin de afianzar la homogeneidad perdida de los Estados Unidos en este Hemisferio.Los hechos en Irak comprueban la conducta irracional del gobernante estadounidense y de sus consejeros. Si el espíritu combativo de la resistencia iraquí y el repudio general del Medio Oriente no le obliga a echar pie atrás, la humanidad latinoamericana lo hará en el caso de Cuba y del Hemisferio. En la misma medida que responde el mundo árabe ante los ataques americanos contra Irak, Latinoamérica entera condena el criminal atentado de Bush de reducir a Cuba a la miseria.América Latina debe repudiar el Informe de la Comisión de Ayuda a una Cuba Libre. Su implementación equivale vuelta atrás a la condena al yugo imperialista. Es denigrante a la soberanía de cualquier nación. Es un arma tan brutal, ilegítima e ilegal que ni en sueños se atrevería Bush a blandirla contra países como China, Corea del Norte, Irán, Rusia o Canadá. Cuba merece igual respeto.Si Bush cree que la América Latina duerme, se equivoca. Desde ahora se escuchan sus voces de protesta y harán suya esta revolución de conciencia. Demostrarán en multitudinarias expresiones y sin distingos de nacionalidad, de color o de partidos políticos su repudio absoluto e incondicional a los humillantes y oprobiosos diseños de un sicópata iluso, prepotente y malvado. Bush echará pie atrás. De nada le valdrá ganar las elecciones si los Estados Unidos pierde el mundo.

Cuba condena salvaje agresión militar de Israel a Líbano
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba ha conocido con extrema preocupación de una nueva operación militar a gran escala iniciada por Israel el 12 de julio, esta vez contra la República Libanesa, con un saldo de decenas de civiles muertos, la destrucción de la infraestructura del país, incluidas las pistas de aterrizaje del Aeropuerto Internacional de Beirut, y la sensible afectación de los suministros de agua y electricidad a la población civil. El Gobierno de Israel ha impuesto también un bloqueo naval y aéreo a todo el país y amenazó directa y claramente con continuar dicha agresión y arrasar los suburbios del sur de la capital libanesa, en otra prueba de su conocida política genocida contra los pueblos árabes. Como Cuba ha denunciado en innumerables ocasiones, una vez más Israel, violando todas las normas del Derecho Internacional, agrede militarmente a un país soberano bajo el espurio pretexto "de proteger su seguridad", con el sostén económico y militar y la complicidad flagrante y pérfida del gobierno de Estados Unidos que garantiza la impunidad del régimen agresor yconstantemente impide con su veto la condena del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. A ello se añade la bochornosa y cobarde pasividad de la Unión Europea. El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba expresa su más enérgica condena a esta salvaje agresión militar israelí contra la República Libanesa einsta a la comunidad internacional y a las fuerzas amantes de la paz a movilizarse para exigir a Israel que ponga fin de inmediato a tales actos de barbarie, devuelva los territorios ocupados al Líbano y respete las más elementales normas del Derecho Internacional. En este grave momento, Cuba reafirma su plena solidaridad con el pueblo libanés, que junto al heroico pueblo palestino sufre hoy nuevamente la agresión despiadada y cínica del régimen de Tel Aviv.

Monday, July 24, 2006

Carta a los amantes de la paz



América Latina se encuentra en la antesala de una nueva intervención armada del gobierno de Estados Unidos, el viejo agresor que era ya un temido imperialismo cuando se desvaneció su competidor soviético. Ahora, con el advenimiento del siglo XXI, ensaya su proyección mundial.
La expresión más ominosa de esta pretensión está contenida en el “Proyecto del Nuevo Siglo Americano” que propone la imposición militar de una pax americana que perpetúe la condición de potencia absoluta para Estados Unidos. Ese documento dio origen a la estrategia vigente de la seguridad nacional del presidente Bush, en la que se lanza la amenaza más grave contra la paz y la seguridad internacional desde el nazifascismo; la guerra preventiva, la agresión como un derecho.
Doctrina y política fueron llevadas a la práctica con la destrucción de Afganistán y la agresión, invasión y ocupación de Iraq. Esta guerra, lanzada en franco desdén del Consejo de Seguridad y justificada con falsedades insostenibles, significó el sacrificio del orden internacional establecido a partir de la Carta de las Naciones Unidas. El Consejo de Seguridad dejó de ser efectivo y el Derecho Internacional entró en un proceso de regresión a estadios anteriores al siglo veinte.
La opinión pública norteamericana, fuerza que el gobierno de Estados Unidos no puede dejar de atender, ha empezado a manifestar su desacuerdo con el régimen agresivo y falsario que lo gobierna y con ello ha despertado en el presidente Bush el temor de no ser reelecto.
Concebida en la mezquina lógica electoral y en la perversidad de la pax americana, se ha creado una Comisión de Asistencia para una Cuba Libre que encabeza el secretario de Estado Colin L. Powell, con la misión de provocar, a corto plazo, el derrocamiento del gobierno cubano, la sustitución de las instituciones revolucionarias políticas y jurídicas y la implantación de una economía ventajosa para el imperio. En la intención y el trabajo de esta Comisión Powell no es posible ver otra cosa que la decisión de derrocar al régimen revolucionario y sustituirlo por uno dócil a los dictados del gobierno estadounidense. El largo historial de las agresiones a Cuba, agregado a las doctrinas, proyectos y planes actuales del gobierno de Estados Unidos y al belicoso talante del presidente Bush hace evidente que se prepara para atacar a Cuba.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la Corte Internacional de Justicia, y la Corte Penal Internacional han demostrado no tener la capacidad para impedir ni para sancionar los crímenes de Estados Unidos contra la paz y contra la humanidad. El sometimiento a que el gobierno de Washington ha llevado a las Naciones Unidas y la dócil obediencia que la Organización de los Estados Americanos le profesa, permiten prever que los organismos internacionales encargados de velar por la paz y la seguridad internacional no cumplirán con su cometido. A Cuba la defenderá su pueblo, aunque, necesariamente contará con la solidaridad de otros; los latinoamericanos los primeros.
La movilización debe iniciarla la nación mexicana, que, tiene los lazos más antiguos y fuertes con el pueblo cubano, y cuenta también con un historial de solidaridad internacional respaldado por una doctrina de política exterior que cifra en el respeto al derecho ajeno, la paz que procura.

Thursday, July 20, 2006

Cuba contra el terrorismo

La República de Cuba considera que la "Declaración sobre medidas para eliminar el terrorismo internacional", de la Asamblea General, titulada "Medidas para eliminar el terrorismo internacional", constituye un instrumento de plena vigencia y actualidad en el contexto del enfrentamiento al execrable flagelo del terrorismo.
Aún cuando la Asamblea General y otros órganos de las Naciones Unidas, como el Consejo de Seguridad, han adoptado con posterioridad numerosas resoluciones sobre el tema, ninguna de ellas parece tener el alcance y la proyección trazados por la Declaración. Lo mismo sucede con los diversos instrumentos jurídicamente vinculantes existentes sobre la materia, los que, sin demeritar su importancia, tienen un carácter eminentemente parcial y no alcanzan la profundidad de la Declaración en materia de principios, postulados y concepciones.

La República de Cuba, como muestra de su inquebrantable voluntad política de contribuir al enfrentamiento contra el terrorismo internacional, ha aplicado y aplica a cabalidad los principios, postulados y concepciones adoptados en la Declaración.
Cuba reitera su más profundo rechazo a todos los actos, métodos y prácticas terroristas en todas sus formas y manifestaciones por quien quiera y contra quien quiera que se cometan, y donde quiera que estos ocurran, y sean cuales fueren sus motivaciones, incluidos aquellos en los que hay Estados directa o indirectamente involucrados.
En cumplimiento de la Declaración, Cuba reitera que jamás ha permitido ni permitirá la utilización del territorio nacional para la realización, planificación o financiación de actos de terrorismo contra cualquier otro Estado.
Cuba también condena enérgicamente la práctica del Terrorismo de Estado, rechazada por la comunidad internacional en la Declaración, al afirmar que "los Estados deben abstenerse de organizar o instigar actos de terrorismo en el territorio de otros Estados, de colaborar o participar en su comisión o de tolerar o alentar que se lleven a cabo en su territorio actividades que apunten a la comisión de esos actos".
Para Cuba, estos postulados tienen plena vigencia y concuerdan estrechamente con su inamovible posición de condena a todos los actos, métodos y prácticas de Terrorismo en todas sus formas y manifestaciones.

Cuba considera que el Terrorismo constituye un fenómeno reprochable e inaceptable, cuya existencia ha de ser combatida por la comunidad internacional en su conjunto, en un ambiente de estrecha cooperación y en el marco del respeto a la Carta de las Naciones Unidas, a las normas del Derecho Internacional y al Derecho Internacional Humanitario.

Un paso trascendental por la paz


El mundo asiste, casi con las manos atadas, a la inminencia de la segunda guerra de agresión desatada por la Administración de los Estados Unidos en el siglo XXI, en la cual muchos países podrían quedar involucrados con el consiguiente saldo de pérdidas en vidas humanas y materiales.
A pesar de la renuencia de muchos a seguir el redoble de los tambores de la guerra, llegado el momento, Washington sabe que no pocos lo acompañarán en la nueva cruzada contra Iraq, y para lograrlo han desplegado una intensísima campaña diplomática en la que engañosamente aducen que el gobierno de Bagdad será el único objetivo de la contienda.
Consagrados analistas y políticos avezados advierten que Iraq será solo el comienzo. El Planeta todo es lo que está en el colimador de los halcones yankis.
A diferencia de las que la precedieron, en esta feroz contienda no habrá reparto. El botín tendrá un solo dueño: Estados Unidos. Razón suficiente para sumar esfuerzos e impedir a tiempo que lleguen a consumarse los delirios de poder y grandeza de la ultraderecha norteamericana y de los representantes del complejo militar industrial norteamericano.
En estos días, como parte de esos esfuerzos, una carta firmada por 4,000 intelectuales y académicos estadounidenses recorre el mundo, oponiéndose a la decisión de su gobierno de lanzarse a la guerra contra Iraq. El gobierno iraquí, por su parte, aceptó sin condiciones el regreso de los inspectores de la ONU. Gobiernos, incluso de naciones aliadas de Washington, piden que cualquier acción deberá llevarse a cabo bajo el manto de las Naciones Unidas. Todo será poco para contener el vuelo de los halcones yankis.

En esta compleja coyuntura internacional, marcada por la política hegemónica y unilateral de los Estados Unidos, Cuba dio un paso trascendente de compromiso con la promoción y el fortalecimiento del multilateralismo, y a favor de la paz y la seguridad internacionales, al decidir el 14 de septiembre último adherirse al Tratado de No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP) y ratificar el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, más conocido como el Tratado de Tlatelolco.
De este modo, podrían preguntarse algunos que han seguido a lo largo de estos 42 años la posición de principios mantenida por la Revolución Cubana frente a textos discriminatorios que validan el derecho de unos pocos al monopolio nuclear, precisamente de aquellos que integran, con poder de veto, el Consejo de Seguridad de la ONU.
Para encontrar la respuesta, habría que ir a la historia y antecedentes de ambos documentos y, sobre todo, al hecho mismo de que Cuba -que no ha desarrollado ni tiene intención de desarrollar jamás armas nucleares-, ha vivido en las últimas décadas bajo la hostilidad de la principal potencia nuclear del mundo.


Una organizasión por la paz mundial y contra la guerra.


Al término de la segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era el único país poseedor de la bomba atómica, instrumento que utilizó para presionar al entonces campo Socialista. Ante esta realidad, un grupo de científicos se reunió en París con el objetivo de buscar alternativas que frenaran este eminente peligro.
Es así como surgen los movimientos por la paz a nivel mundial, mecanismo que se crea en Cuba en la segunda mitad de la década del 40. Pero no es hasta el triunfo revolucionario del primero de enero del 59, comenta el doctor en ciencias médicas Helenio Ferrer Gracia, que se consolida el trabajo del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos.
Importantes personalidades como Nicolás Guillén y Juan Marinello, quien fuera uno de los presidentes, han prestigiado esta organización que promueve la paz y lucha contra la guerra.
Alcanzar la paz mundial, como una prolongación de la convivencia democrática con oportunidades para todos por igual, constituye la razón de ser del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos.
Durante más de 50 años, apunta el doctor Helenio Ferrer Gracia, esta organización ha enarbolado, desde suelo cubano, las banderas de causas justas como la excarcelación del líder sudafricano Nelson Mandela y de los esposos Rosemberg.
Ante tal trayectoria, subraya el también fundador de este Movimiento cubano, no podía faltar la incansable lucha que, desde hace meses, libran a favor de la liberación de los cinco patriotas cubanos presos del imperio. Para tales efectos, se han realizado diferentes actividades con el objetivo de dar a conocer al mundo lo inmoral de esta condena.
Cuba ha demostrado lo que se puede hacer cuando el pueblo participa en todas las tareas, bajo la égida de un régimen democrático, apunta el doctor Helenio Ferrer Gracia.
Y en este contexto, subraya el también fundador del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, juega un papel fundamental en contra de los criterios imperialistas y la globalización neoliberal.
Durante la existencia del llamado Campo Socialista, estos movimientos mundiales por la paz tuvieron mucho auge. Sin embargo, la situación internacional actual ha hecho sentir su impacto negativo dentro de estas organizaciones. A pesar de ello, acota Helenio Ferrer, donde quiera que suenan los tambores de la guerra, la lucha a favor de la paz y de las ideas más justas, democráticas y humanas se hace sentir.

Artistas e intelectuales a favor de la paz


Una Junta Mundial de Poetas por la Paz, en defensa de la humanidad y la preservación del planeta se constituyó en Cuba.En el contexto del X Festival Internacional de Poesía de La Habana.Decenas de poetas procedentes de diversas regiones del mundo, y reunidos en Cuba con motivo del Festival, han confirmado su presencia en la Junta, que tiene el propósito de denunciar el fascismo, rescatar la verdad y luchar por esta.Cada vez son más los intelectuales que se suman al Frente Mundial Antifascista que Cuba está organizando. Ahora son los poetas y eso tiene una importancia mayor, dado que la poesía es también la necesidad y la conciencia del futuro, y a la vez la memoria del pasado.Queremos reconciliarnos con nuestro pasado para no dejar indefenso el futuro, organizarnos, articularnos, y crear una red de redes que nos permita comunicarnos y defender la humanidad.

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