Cuba a favor de la paz mundial

Monday, October 23, 2006


En el 2003, el FBI de Miami destruyóel expediente Posada


Cientos de evidencias desaparecieron de la caja fuerte del FBI de Héctor Pesquera, mientras la Fiscalía panameña reclamaba de Estados Unidos documentos para ampliar la prueba contra el terrorista. Acaba de revelarlo la periodista norteamericana Ann Louise Bardach, al contestar las preguntas de Amy Goodman, quien la entrevistó en su conocido programa radial Democracy Now! Autora de una importante investigación sobre la Miami mafiosa, publicada en el 2003 bajo el título de Cuba confidencial, Bardach dispone de fuentes exclusivas entre los mafiosos y en el FBI de Miami.
Aquí, textualmente, sus palabras:
“Mis fuentes dentro del FBI —realmente tengo varias dentro del FBI y quiero ser algo prudente con esa situación, pero son fuentes de primera mano— se quedaron asombradas porque en algún momento después del 2002 las evidencias en la sala de evidencias del FBI de Miami fueron destruidas —de lo que entiendo, fueron trituradas (shredded). Y esto implica cables originales de la Western Union, faxes— evidencias originales. Y la mayoría de las cortes exigen evidencias originales y no, como usted sabe, copias o facsímiles. Y alguien tomó la decisión de cerrar el caso. Y esto sería en el 2003 cuando Posada se encontraba bastante en los titulares. Creemos que ése es el año cuando esto ocurrió”.
En su libro Cuba Confidencial, publicado en el 2003 (Vintage Books), Bardach contó cómo llegó en 1998, a Miami, el puertorriqueño Héctor Pesquera, como nuevo jefe (Special Agent in Charge) del FBI del Sur de la Florida. Este es el hombre que ordenaría la destrucción del expediente Posada y perseguiría salvajemente a Los Cinco.
“Las esperanzas de los agentes y oficiales de policía fueron rápidamente aniquiladas. Pesquera, dijeron, empezó a fraternizar con miembros clave de la dirección de esos grupos cubanos tales como Alberto Hernández (anteriormente de la FNCA), Ileana Ros-Lehtinen, Domingo Otero (otro ex elemento duro de la FNCA) y Roberto Martín Pérez, un antiguo preso político cubano cuyo padre y él mismo eran esbirros de la policía de Batista en La Habana. Pesquera, dijo un agente en su oficina, pronto hizo un brusco viraje hacia la derecha y se abandonaron todas las investigaciones sobre el terrorismo”, escribía Bardach en este libro.
Es precisamente en el 2003, cuando se destruyen esas pruebas en Miami, que la Fiscalía panameña se preparaba para enjuiciar a Luis Posada Carriles y sus cómplices por el fracasado atentado del Paraninfo universitario que hubiera provocado miles de muertos.

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